Stella Dechen y Alexander Khawa

Stella Dechen nació el 14 de enero de 2011, Alexander Khawa nació el 9 de enero de 2013 ambos provienen de una mezcla peculiar entre Islandia, España y el Tíbet.
Mami y Papi intentarán ir recopilando anecdotas de nuestra vida aqui y allá....

Tuesday, July 26, 2016

Cuando te pierdes en el espectro

La noticia nos cayó como un jarro de agua helada, te convoca el psicólogo del distrito que a sido llamado por la guardería para observar a tu hijo, las profesoras deciden acudir a la reunión porque no te quieren dejar sola, algo dentro de ti te dice: no puede ser tan grave que tu hijo sea hiperactivo o que tenga un retraso en el lenguaje como lo tuvo su hermana por el lío de lenguas que se hablan en casa.

Pero no es nada de todo eso, resulta que tu hijo tiene rasgos autistas y te quedas petrificada viendo tu vida pasar, intentando asumir lo que esa mujer te está diciendo de tu hijo, sales de la consulta y te derrumbas, empiezas a llorar y a temblar como cuando algún ser querido se a muerto, te encierras en casa y empiezas a buscar en internet y lloras y lloras pensando que tu hijo, esa imagen  que habías creado de tu hijo no existirá jamás.

Y te preguntas, es por mi culpa, es por su culpa? Que hemos hecho mal? Que especie de conspiración karmica te está devolviendo algo muy malo. Te lo quedas mirando, le abrazas con fuerzas y piensas, mi bebé, que va a ser de él cuando ya no estemos aquí, la cabeza te va a mil a la vez que tu cabeza intenta engañarse y en parte negar lo que 6 folios de informe dicen sobre tu bebé.

En todo ese ambiente de negación y rechazo, te niegas a rendirte, tiene que haber algo allí fuera que le pueda salvar, alguna planta medicinal que cure su mal y te devuelva al niño que habías idealizado.

Decides salir a la calle, el primer día después de dos días de reclusión y te da por buscar rasgos en todos los otros niños que te cruzar, deseas ansiosamente que alguien también esté viviendo tu ahogo, pero no es así, el mundo sigue, la gente pasea por la calle como si nada, eres tú y sólo tu la que te estás consumiendo sin poder pararlo.

Pues así fueron los 4 primeros meses, tener que ir al baño a llorar mientras trabajas, obligarte cada mañana a levantar un pie, vestirte, comer, llevar a los niños al colegio...
El tiempo lo cura todo? No. Aprendes a vivir con ello, es un duelo, peor o mejor, pero lo es.

Te da miedo quedarte sola con tu hijo, te da miedo salir a la calle por como te va a mirar la gente, por los comentarios cada vez que al niño le entra una rabieta que no puede controlar, porque se muerde las manos o se da cabezazos en las paredes.

Pero entonces, aparece una persona clave en esta historia de angustia y temor, una profesora que empieza a instruir a tu repollo, que le enseña a que las palabras son la clave de la comunicación y ves que el pequeño Khawa empieza a entender su entorno, que hay progreso, que la clase está en un buen profesor, en uno que lo quiera de corazón pero que sepa ponerle limites y entonces piensas, puede que un día llegue a hablarme para pedirme un vaso de agua? Y al cabo de un mes, Khawa, lo pide.

Y en eso estamos, en una pequeña isla perdidos, alejados de todo pero queriendo a nuestro Khawa y dejando de ponernos metas y viviendo el día a día, sin mirar más futuro que el hoy y el ahora.

Y por fin, con la fuerza de poder volver a escribir, de ser capaz de aceptar que mi pequeño buddha islandés es un ser distinto pero sigue estando aquí conmigo, no se ha ido, no se ha muerto y me quiere, nos quiere, le amamos!