El viaje a Tailandia fue una decisión de último momento, la verdad es que China no es el mejor destino para viajar con dos ninos occidentales y aunque fue un lugar curioso de conocer, decidimos que nuestra ultima etapa de las vacaciones tenía que ser en un destino más manejable para los peques.
Buscando y buscando, encontramos billetes con Southern China por 150 euros ida y vuelta, el tema del visado en Tailandia es super sencillo, básicamente lo haces en el aeropuerto y te da acceso al país por 30 días.
Nuestra primera parada fue Bangkok, la gran capital, donde nos alojamos cerca del centro 4-5 días hasta que nos concedieron de nuevo el visado para entrar a China más tarde ( perdir el visado para China fue toda una odisea, nada en comparación con lo fácil que fue en Islandia, pero saltarte las colas de las embajadas cuando tienes dos ninos es mucho más fácil que si vas sólo).
Bangkok fue estupenda, yo ya había estado hacía unos anios, pero esta vez hicimos muchisimas más cosas, nos montamos en Tuk Tuk, en barcas que recorrian los canales de la ciudad, visitamos un montón de mercados de calle (de día y de noche) y nuestro mayor aliado fue el supermercado 10/11 que se encontraban en cada esquina del la ciudad.
Nuestra primera escapada fue a Ko Samet unas islitas situadas a unas 4 horas en autobús de Bangkok, como en los viejos tiempos en India, nos fuimos a la estación de autobus local y compramos billetes por 6 euros ida y vuelta.
Al llegar en Ko Samet nos alojamos en un hostel muy sencillo y barato cerca de la playa, los precios eran desorbitados en aquella isla, por ejemplo, les compré una pelota de plástico para jugar y me cobraron 4 euros y no aceptaban bajo ninguna circumstancia rebajar el precio, de modo que decidimos quedarnos sólo dos días y vivir a base de batidos de sandía o coco fresco.
Regresamos a la capital para coger otro vuelo hacía en sur del país, por recomendación de un amigo nuestro el destino fueron las islas Phi Phi.
El viaje en barco hasta las Phi Phi desde la ciudad de Krabi se hizó un poco largo porque hicimos reservas para un resort que estaba muy aislado del resto, pero la espera mereció la pena: el lugar fue increíble, aguas cristalinas, playas de arena blanca y muchisimas flores.
Tiramos la casa por la ventana y alquilamos una casita el resort a pie de playa, teniamos nuestra playa privada y fue magnifico, creo que podría decir que es el mejor sitio al que he viajado nunca, los ninos se lo pasaron super bien, nos prestaron una canoa y Kunsang remaba playa arriba, playa abajo con los ninos, yo tomaba el sol con mis batidos de sandía e incluso Kunsang pudo hacer un curso de submarinismo mientras los ninos jugaban en la orilla, el precio (que no me pareció caro) valió la pena, nos costó 80 euros por noche para los 4 incluyendo buffet de desayuno.
El viaje de vuelta a China fue largo pero para entonces ya nos conocíamos todos los caminos...
La tercera parte del viaje, Barcelona.
Buscando y buscando, encontramos billetes con Southern China por 150 euros ida y vuelta, el tema del visado en Tailandia es super sencillo, básicamente lo haces en el aeropuerto y te da acceso al país por 30 días.
Nuestra primera parada fue Bangkok, la gran capital, donde nos alojamos cerca del centro 4-5 días hasta que nos concedieron de nuevo el visado para entrar a China más tarde ( perdir el visado para China fue toda una odisea, nada en comparación con lo fácil que fue en Islandia, pero saltarte las colas de las embajadas cuando tienes dos ninos es mucho más fácil que si vas sólo).
Bangkok fue estupenda, yo ya había estado hacía unos anios, pero esta vez hicimos muchisimas más cosas, nos montamos en Tuk Tuk, en barcas que recorrian los canales de la ciudad, visitamos un montón de mercados de calle (de día y de noche) y nuestro mayor aliado fue el supermercado 10/11 que se encontraban en cada esquina del la ciudad.
Nuestra primera escapada fue a Ko Samet unas islitas situadas a unas 4 horas en autobús de Bangkok, como en los viejos tiempos en India, nos fuimos a la estación de autobus local y compramos billetes por 6 euros ida y vuelta.
Al llegar en Ko Samet nos alojamos en un hostel muy sencillo y barato cerca de la playa, los precios eran desorbitados en aquella isla, por ejemplo, les compré una pelota de plástico para jugar y me cobraron 4 euros y no aceptaban bajo ninguna circumstancia rebajar el precio, de modo que decidimos quedarnos sólo dos días y vivir a base de batidos de sandía o coco fresco.
Regresamos a la capital para coger otro vuelo hacía en sur del país, por recomendación de un amigo nuestro el destino fueron las islas Phi Phi.
El viaje en barco hasta las Phi Phi desde la ciudad de Krabi se hizó un poco largo porque hicimos reservas para un resort que estaba muy aislado del resto, pero la espera mereció la pena: el lugar fue increíble, aguas cristalinas, playas de arena blanca y muchisimas flores.
Tiramos la casa por la ventana y alquilamos una casita el resort a pie de playa, teniamos nuestra playa privada y fue magnifico, creo que podría decir que es el mejor sitio al que he viajado nunca, los ninos se lo pasaron super bien, nos prestaron una canoa y Kunsang remaba playa arriba, playa abajo con los ninos, yo tomaba el sol con mis batidos de sandía e incluso Kunsang pudo hacer un curso de submarinismo mientras los ninos jugaban en la orilla, el precio (que no me pareció caro) valió la pena, nos costó 80 euros por noche para los 4 incluyendo buffet de desayuno.
El viaje de vuelta a China fue largo pero para entonces ya nos conocíamos todos los caminos...
La tercera parte del viaje, Barcelona.
Hola:unas fotos preciosas y un viaje inolvidable y muy enriquecedor para todos. Acabo de descubrir tu blog y me gusta mucho la variedad de temas que tratas . También soy madre y en este momento tengo un blog dedicado a los jóvenes y Educación que te invito a visitarlo: http://cativodixital.blogspot.com.es/ . Si quieres seguimos en contacto. Yo ya me hice seguidora de tu blog.
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