Los días se hacen cada día un poquito más corto e incluso las auroras empiezan a bailar tímidamente después de una larga estación de descanso.
Este año no es sólo setiembre y el inicio del otoño lo que me está sorprendiendo, este año Khawa empieza un otoño cargado de empatía, palabras, abrazos y entendimiento.
Es algo que se podría explicar con ejemplos concretos pero quizás resultaría aburrido, Khawa ya no solamente nos da buenos ratitos, Khawa por primera vez nos ha dado un muy buen día y creedme que lloro mientras escribo porque pensé que eso ya no iba a formar parte de nuestra vida en familia.
Kunsang y yo hemos vivido nuestro proceso a destiempo, cuando mi proceso de aceptación se estableció, fue entonces cuando Kunsang se empezó a sentir bajo y a pesar de intentar ayudarle con todo mi amor, me he dado cuenta de que parte de este purgatorio le toca asumirlo solo, consigo mismo y a su ritmo. Khawa es muy sensible a los estados de ánimo y en consecuencia también ha estado muy alterado, pero ha sido como un espejo poder darme cuenta de que sus episodios van tan ligados a nosotros dos y como de fundamental es que nosotros estemos bien.
Khawa tiene muchísima energía pero tras mucho observar, me he dado cuenta de que ni los ruidos, las luces o el tacto le causan ninguna molestia, el obstáculo al que Khawa se enfrenta es el control sobre su propio cuerpo, parece perder el equilibrio con facilidad y no sabe asumir el espacio entre el mismo y los objetos o personas que le rodean.
A nivel de lenguaje a mejorado a gran escala, si lo comparo con mi última entrada es capaz de comunicarse muchísimo más y gracias a ello hay episodios que antes tenía a diario que ahora han desaparecido gracias a la capacidad que tiene de poder expresarse.
Hoy Khawa nos ha regalado un día precioso debe ser que los planetas debían estar en una posición especial, ha coincidido con que hacía un día precioso, Stella tenía mucha más paciencia que de costumbre y Kunsang y yo no esperábamos mucho del día de hoy.
Videy
Una islita de 1,7km a la que yo solía ir de pequeña con mis abuelos y mi hermano, mientras esperábamos la hora para que saliera el barco, hemos descubierto una pequeña cala donde Khawa y Stella han estado jugando hasta que ha aparecido otra familia con un perro labrador.
Khawa se ha vuelto loco al verlo, ha habido entre ellos una conexión especial, hasta que nos hemos subido al barco, en cuanto se ha puesto en marcha he descubierto que la vibración del motor y el movimiento de las olas ha dejado a nuestro pequeño hipnotizado y Stella estaba súper contenta.
Una vez en tierra firme, hemos dado un largo paseo hasta encontrar un lugar tranquilo para estirar la manta y comernos nuestro picnic, Khawa y Stella estaban especialmente receptivos a compartir su comida. Después de comer hemos seguido paseando hasta encontrar los restos del antiguo pueblo pesquero que hubo en Videy a medidos de los años 20 en la isla.
Stella muy curiosa iba mirando y preguntado por cada una de las fotografías que mostraban las casas que un día estuvieron allí, Kunsang y Khawa han seguido caminando hasta la orilla del mar.
Sentado sobre las rocas, Khawa y Stella jugaban a tirar piedras en el agua y a sido en ese momento cuando me he dado cuenta lo fácil que es en realidad disfrutar de las cosas pequeñas.
Gracias a mi pequeño Khawa por intentarlo cada día y a mi pequeña Stella por comprenderle cada día.